jueves, 20 de diciembre de 2007

Mi abuelo Feliciano

Mi abuelo fue muy importante en mi infancia. Era perfeccionista en todo lo que hacia (un campesino artesano) y una persona culta para su época: había ido a la escuela hasta los catorce años y había leido bastante. Tenia una voz agradable, hablaba con mesura y ponderación; explicaba historias de su juventud y me resultaban muy interesantes. Cuando alcancé mi juventud las historias de la Guerra Civil me obsesionaban y sus relatos me ayudaron a componer en mi mente el clima de la posguerra en un pueblo como el mío (el relato de Indalecio, el panadero, era mi favorito)
Cuando llegaba la fiesta de la Pascua le gustaba escuchar el concierto de la banda en los jardines de la plaza. La banda era, invariablemente, la del Regimiento de San Quintín. "Las bodas de Luis Alonso" y "El sitio de Zaragoza" las escuchaba yo, orgulloso, a su lado. En un principio no me gustaban demasiado, demasiados instrumentos graves...Poco a poco me fueron entrando, la enérgica marcha, los contrastes de clarinetes y oboes...y mi abuelo escuchando con emocionada atención.



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